Un pequeño lujo.
Tengo la dicha de utilizar mi bicicleta para salir a dar una vuelta con mi hija al centro y mi esposa. Es un lujo que no todos se pueden dar.
La mayoría de las personas están alienadas al vehículo por necesidad o por gusto y no se dan esa pequeña libertad de poder salir a sentir el aire, ir por una pizza, ir por un elote, pasear por las calles de manera segura, ya que vivo cerca del centro de mi ciudad, y sentir esa libertad de vencer al tráfico y ser un poquito más libre de lo común.
Desde hace tiempo tengo una bicicleta que utilizo solamente para transportarme con mi hija. Fue un regalo de mi hermana y la sillita trasera fue una compra y adaptación que yo le hice.
Mi esposa tiene un patín eléctrico y nos damos esos pequeños lujos de la vida de preparar nuestras cosas y salir a dar el rol, amarrarla en un lugar seguro y luego disfrutar la noche y regresar a casa sin peligro. 
Me siento afortunado, muy afortunado de poder hacer esto. Es una bendición.